Viernes por la tarde y el reloj corre.
Estás trabajando exhaustivamente para terminar aquella tediosa tarea antes de la fecha límite, mientras te regañas en silencio por no haberla comenzado antes.
¿Por qué no comencé antes? ¿Qué me pasó? ¿Por qué no me concentré? ¡Pero si tenía suficiente tiempo!
Pudiste empezar antes pero, había que leer los correos electrónicos y responderlos, revisar las redes sociales, hacer llamadas importantes y dedicar tiempo a otras tareas que eran para la semana entrante.
Todo esto realmente no importa porque pudiste terminarla, ¡todos postergamos un poco!
Pero sí se convierte en un problema si forma parte de un patrón constante, en donde eliges aplazar tareas a pesar de las consecuencias si no cumplimos con sus plazos.
La procrastinación crónica puede incluso ser perjudicial para nuestra salud y ocasionarnos estrés a largo plazo.
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación no es más que posponer las cosas.
Es retrasar, evitar o ignorar algo que creemos que es desagradable.
Puede ser que estemos posponiendo hacer algo porque creamos que es difícil, estresante, desafiante o tal vez simplemente creemos que es aburrido.
Básicamente, estamos evitando hacer algo ahora, con el pretexto de que lo haremos más tarde.
Tim Urban explica la procrastinación de una manera muy entretenida en su charla TED.
Para la mayoría de nosotros, la forma más común de evitar algo desagradable es haciendo otra cosa.
Por lo general, es algo que creemos es más satisfactorio.
Reemplazamos lo que necesitamos hacer, con algo que queremos hacer. Así que todavía sentimos que estamos haciendo «algo», sólo que ese «algo» no es lo que realmente necesitamos hacer.
Por ejemplo, podemos convencernos a nosotros mismos de que no debemos sentarnos a estudiar para la prueba de mañana porque realmente es importante que limpiemos nuestro horno en este instante.
Entonces, ¿cómo podemos superar la procrastinación? ¿Cómo podemos pasar de evitar hacer algo a lograr hacerlo?
1. Escribe lo que necesitas hacer y asigna tiempo para hacerlo
Ver lo que necesitas hacer, físicamente marcado en tu calendario hace que sea más difícil de ignorar.
Cuando sabes que entre las 8 y las 10 de la mañana vas a trabajar en esa tarea, es más difícil discutir contigo mismo sobre si ahora es el momento adecuado para comenzar, o si debes esperar hasta que «te den ganas».
Trata de reconocer tus propios patrones y niveles de energía. ¿Trabajas mejor por la mañana o en la noche?
Si programas tus tareas para cuando tu energía esté en su punto más bajo, será mucho más probable que tu voz interna intente convencerte de que puedes esperar otro día.
2. Date una fecha límite
Si no tienes una fecha límite, ¿por qué hacerlo, verdad?
¡Las consecuencias de la procrastinación son peores para las cosas que no tienen una fecha límite!
Cuando no hay fecha límite, no hay sentido de urgencia. Y sin un sentido de urgencia, seguiremos aplazando indefinidamente.
3. Conviértete en un profesional en manejo del tiempo
A menudo, la razón por la que nos demoramos en comenzar algo es porque nos parece muy grande y abrumador.
Si una tarea te parece muy grande, divídela en tareas más pequeñas y solo concéntrate en comenzar la primera.
Si das un paso pequeño será más fácil usar el impulso para continuar.
Utiliza técnicas de gestión de tiempo como la técnica Pomodoro, técnica para trabajar en en fragmentos de 25 minutos con descansos intermedios de 5 minutos. ¡No sólo te ayudará a vencer la procrastinación, sino que también te ayudará a mantenerte enfocado y ser más productivo!
4. Deja el perfeccionismo
¿Dejas de comenzar algo porque sientes que no estás listo? ¿Sientes que no tiene sentido comenzar si no puedes hacerlo correctamente? ¿Quizás te convences de que sólo necesitas planificar un poco más o investigar un poco más?
El perfeccionismo puede evitar que hagamos muchas cosas, incluso comenzar.
Sí, la planificación es importante, definir metas es importante, pero si en realidad quieres hacer algo, debes tomar medidas y comenzar a hacerlo.
No esperes el momento perfecto para comenzar. ¡Empieza ahora!
5. Minimiza las distracciones
Ya lo sabemos, las distracciones hacen que sea muy fácil aplazar cualquier tarea.
Siempre hay algo más interesante, o aparentemente más urgente, compitiendo por nuestra atención.
Para algunos de nosotros, la tecnología es nuestra mayor distracción, por esto en necesario mantener nuestro teléfono fuera del alcance mientras necesitamos trabajar.
¿Tienes un montón de pestañas abiertas en tu computador? Ciérrelas todas, excepto en las que está trabajando.
Igualmente manteniendo un entorno organizado, simplificando nuestro tiempo, pensamientos negativos, malos hábitos y hasta palabras.
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