Publicado hace 2024 días
Artículo publicado por la participante Claudia Bibiana Ruiz en el 1º Concurso de Artículos Docentes Grupo Geard Colombia
“Si hablas a un hombre en un idioma que comprenda,
eso llega a su cabeza.
Si hablas con él en su idioma,
eso llega a su corazón”
Nelson Mandela
Para poder graduarte en la Universidad necesitas inglés. Esta es la frase más viral de estos tiempos entre los estudiantes luego del bachillerato, sus sonidos retumban los salones de clase en todos los niveles, en todas las instituciones, estratos y sobre todo en cada estudiante de este siglo.
Lo dicen los directores de once a sus graduandos, también lo repiten los profesores enseñen o no esta indispensable materia, lo reafirman padres que jamás recibieron una cátedra sobre este tema y hasta los abuelos lo comentan en las reuniones familiares mientras los más pequeños (que ya están en colegios bilingües o trilingües) balbucean palabras en este idioma que para muchos es el nuevo “coco” a la hora de estudiar una carrera profesional.
Pero ¿por qué muchos de nuestros jóvenes sufren a la hora de demostrar su nivel de inglés y poder graduarse en la universidad, si desde hace más de 15 años se ha venido hablando de bilingüismo en el país?
La Constitución Política de 1991 reconoce a Colombia como un país multilingüe y pluricultural. Por ende, ser un profesional competitivo en el mundo de hoy requiere de nuevos retos donde aprender un tercer y hasta cuarto idioma es lo que realmente los hace más atractivos en un ambiente internacional que exige cada día nuevas habilidades para avanzar en el ámbito laboral y académico.
Sin embargo, cada semestre son más los estudiantes que tienen pendiente el requisito de segundo idioma que quienes ya están en el ambiente bilingüe que les espera, luego de la carrera profesional en cualquier área de estudio y que según cita la Corte Constitucional en su sentencia SU-783/03:
Se hace necesario reiterar que las universidades, en ejercicio de su autonomía constitucionalmente garantizada no sólo pueden imponer exámenes preparatorios, sino diferentes tipos de pruebas de conocimiento, la realización de cursos especiales para la profundización en determinados temas, o –como ya lo ha reconocido la jurisprudencia de la Corporación antes citada- la demostración satisfactoria del dominio de un idioma, siempre y cuando sean razonables y respeten la Constitución Política.”
Estos requisitos impuestos por las universidades para la obtención del grado académico deben cobijar por igual a todos los estudiantes de la institución”. Corte Constitucional, Sentencia SU.783/03.
Dicha autonomía universitaria permite a las instituciones de educación superior (IES) exigir un segundo idioma como requisito para grado, el cual no necesariamente está incluido dentro del plan de estudios correspondiente; no obstante, los jóvenes pueden estar malinterpretando esta oportunidad de decidir cuándo, cómo y dónde empezar a asegurar su proceso de aprendizaje del idioma inglés para no solo cumplir con un requisito sino realmente ser un profesional más competitivo y global.
Para nadie es un secreto que el inglés hace parte del “paquete académico” de cualquier carrera independientemente de su área de estudio.
No obstante, probablemente los únicos estudiantes que están en un proceso de mejora continua en relación a una segunda lengua en Colombia son aquellos que están en carreras relacionadas con licenciatura en idiomas; mientras tanto muchos alumnos de otras disciplinas pueden estar esquivando cual si fuesen piedras el requisito de segundo idioma para esperar hasta el final de la carrera cuando este último se les convierte en algo absolutamente inevitable.
La urgente necesidad de ser bilingüe va más allá de las certificaciones y los títulos que al igual que muchos otros pueden quedarse en el “cartón”, puesto que a la hora de enfrentar el escenario es donde todos los conocimientos deben salir a flote, esta certificación, aunque importante, pasa a un segundo plano siendo las personas y no los papeles quienes asumen, demuestran y superan los retos.
Pero, ¿Qué tanto estamos haciendo en inglés para propiciar su mejora continua?
Los ambientes académicos se han renovado, esto es un hecho. El aprendizaje activo y la constante evolución de los procesos de enseñanza-aprendizaje indican que la autodisciplina es la clave para alcanzar cualquier meta.
Los docentes ya no somos ni seremos nunca más el centro de la clase, sino que modelamos comportamientos en torno a ella. Entonces, para que el aprendizaje sea verdaderamente significativo tiene que darse a la luz de los intereses de los estudiantes orientándolos hacia el cubrimiento de sus necesidades académicas más allá del currículo ya que el proceso académico nunca termina en el aula de clase, sino que al igual que la vida se transforma y evoluciona día tras día.
Es entonces cuando la construcción de expectativas en torno a un aprendizaje positivo y significativo que trascienda del aula al contexto real es el deber ser y el saber hacer con un idioma como el inglés.
No solo es la tecnología y las 24 horas de conexión las que hacen sentir un ambiente global, son también las cada vez más oportunidades de viaje y de experiencias multiculturales las que fortalecen el dominio del idioma.
Ahora, debemos reconocer que no solo se trata de certificarlo, sino de comunicarse efectivamente en ingles o el idioma de preferencia en cualquier contexto.
Diariamente nos vemos invadidos por pautas publicitarias verdaderamente provocadoras en todos los medios de comunicación invitándonos a empezar YA un “curso de inglés,” desbordado de facilidades, por ejemplo: Online, presencial, semipresencial, vitalicio y hasta con paquetes de rumba incluidos.
Del mismo modo nos vemos inundados de titulares en los mismos medios anunciando (por mencionar algunos): ‘corchados’ en el inglés, “Colombia, rezagada en inglés por falta de profesores capacitados”, (y uno más) Colombia y su preocupante nivel de inglés.
El inglés es tendencia, es la segunda lengua del mundo, es la necesidad del profesional, del técnico, tecnólogo y hasta del que no tiene ninguna carrera profesional. Si de competitividad se trata y de ser global, certificar un nivel alto en el idioma ingles entonces es la clave. Y aún con tantas y variadas opciones de aprendizaje, el panorama sigue siendo poco alentador.
En cuanto a las certificaciones con exámenes internacionales el Instituto para la Evaluación de la Educación en su Resolución 122 de 2013 tiene una lista muy interesante de posibilidades, sin embargo, los estudiantes de últimos semestres en su afán de cumplir el requisito obvian las bondades que estas certificaciones traen y las otras opciones de idiomas que tienen. Entre estos inglés, portugués, francés, italiano y alemán encabezan la lista.
Los niveles del marco común europeo para el aprendizaje de un idioma son cada vez más familiares para los profesionales y sus metas, no obstante, se sigue hablando de ganar o perder entre estos niveles cuando en realidad nadie pierde, todos ganan una clasificación de nivel lo cual hace más fácil reconocer las necesidades, habilidades y debilidades de cada quien para estar cada vez más cerca de la meta que se tenga en cuanto a los mismos.
Dentro de la variedad de exámenes que aceptan las IES como requisito de segunda lengua están por nombrar algunos: TOEFL, (Ingles) CPE (inglés), IELTS(inglés), Celpe-Bras (portugués), DELF (Frances), DALF (Frances), TEST DAF(alemán), CILS 2 (B2) (italiano), sin embargo, los estudiantes siguen hablando de ingles británico e inglés americano como si fuesen dos idiomas diferentes posibles de certificar solo con dos exámenes.
La falta de conocimiento en cuanto a las facilidades de apertura al mundo luego de una certificación internacional, al total desconocimiento de las pruebas, a la falta de tiempo versus necesidad de graduarse puede tornarse en un círculo vicioso de cumplimiento de requisito de segunda lengua sin mayor aprendizaje, lo que les permite graduarse y que, al fin y al cabo, es para muchos lo que en la inmediatez necesitan así no puedan comunicarse en este idioma.
Y es aquí cuando surge la pregunta ¿Cuáles serían entonces las condiciones necesarias para elevar el nivel de lengua de nuestros estudiantes y que logren comunicarse efectivamente?
Y en la respuesta debemos involucrar la cotidianidad, el contexto real, las tecnologías y cuanto recurso se encuentre en el día a día donde los entornos de aprendizaje apunten a formar profesionales de alta calidad que tienen claro y a la mano el aprendizaje de una segunda lengua que mientras fortalecen y mejoran sus conocimientos de áreas específicas, leen, se documentan y participan del ambiente bilingüe que los rodea aún sin moverse del país.
De la misma manera este reto también se trata de los maestros.
En mi experiencia como docente investigadora en procesos de formación de licenciados en inglés, he visto como los docentes se han forjado un camino de impacto en los procesos de aprendizaje de lenguas extranjeras fortaleciendo sus conocimientos con viajes, cursos virtuales (MOOCS), gamificación, aprendizaje invertido (entre otros) y diferentes actividades extracurriculares que, aunque externas, pueden ser adoptadas y adaptadas a las necesidades del contexto colombiano.
A los docentes de idiomas nos corresponde desde luego, promover el cambio de una cultura en la que la procrastinación es la etiqueta más usada para avanzar en los estudios de una segunda lengua en la universidad, fortaleciendo y promoviendo actividades interculturales que vayan más allá de los propósitos académicos, para la vida misma, enseñando de forma diferente lo mismo que se puede encontrar sin mayor explicación en la Internet.
Una vez entendamos que esa etiqueta cultural de “colombianos que dejamos todo para última hora” no puede ser nuestra marca país, habremos empezado un camino sin regreso de progreso y satisfacción personal que por un lado nos llevará al cumplimiento de múltiples metas en los tiempos dispuestos para tal propósito y por el otro fortaleceremos a Colombia en cuanto a transformación y revolución de la educación.
Al fin y al cabo, aprender otro idioma a conciencia resaltará ese power colombiano que esta por encima de cualquier factor a la hora de demostrar quienes somos y de que somos capaces. Pero para hacerlo, es necesario tomar decisiones definitivas y disciplinadas de estudio que sean consistentes en el tiempo y que se apoyen en estrategias innovadoras de enseñanza que motiven a querer aprender más.
Pero todo lo anterior no se podrá lograr si, como sociedad, seguimos justificando nuestra pereza para empezar actividades (cualquiera que sea) y llevarlas a cabo completamente, de tal manera que no solo se cumplan en los tiempos previstos (cualquier requisito), sino que adicionalmente demos vida a ese nuevo país que todos queremos. Por lo tanto, tal como decía Confucio:
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estas peor que antes
Cuando dejemos de procrastinar en algo tan indispensable como el aprendizaje de un segundo idioma mientras se estudia la carrera profesional, habremos dado el primer paso para asumir las responsabilidades que nos hacen crecer profesionalmente.
En consecuencia, la tarea que tenemos los educadores, comunidad académica y sociedad es interminable y claramente intercultural: Ya no podemos seguir insistiendo en que no hacemos las cosas por un tema “cultural”, y brillar por la excelencia, autonomía y trabajo consciente que realmente nos hace los mejores.
Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de grupogeard.com
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