Saber que se está acercando el día de la prueba o saber que ya estás presentando la prueba, te va a provocar ansiedad y estrés.
A continuación te daremos una serie de consejos para gestionar todas esas emociones desde la inteligencia emocional.
En la preparación para una prueba no solo influyen los conocimientos, también hay que hacer caso a la parte emocional, es decir, obtendremos un mejor desempeño si emocionalmente, estamos bien.
Sé consciente de tus emociones y pensamiento, y trata de no preocuparte por ellos, es normal sentirnos nerviosos ante una prueba escrita.
Organiza y planifica el tiempo de estudio. El tener un plan de estudios y ser disciplinado con él, te dará una sensación de seguridad al momento de presentar la prueba.
Si le sumas al plan de estudio, el hacer simulacros, estarás preparando a tu mente a presentarse ante algo ya conocido.
Eres tú quien decide en segundos cómo vas a reaccionar ante una emoción.
Puedes ordenarle a tu mente cómo reaccionar, por ejemplo, que sea controlada y reflexiva en lugar de impulsiva. El truco se encuentra en respirar lenta y profundamente hasta hacerte consciente de tu respiración.
No pienses en finales tristes que puedan desencadenar una mala presentación de la prueba, piensa en algo positivo, algo que mantenga tu motivación elevada con los pies en la tierra y la mirada en las nubes.
Cuando sientas que un pensamiento negativo aparece en tu mente, concéntrate en frases motivadoras y tranquilizantes, por ejemplo: “¡Yo soy capaz!”, “Haré lo mejor que pueda”.
Ten presente que también debes ser positivo con tu propia capacidad para presentar la prueba. Aquellos que se sienten positivos con sus conocimientos al presentar una prueba, tienden a obtener el mejor desempeño.
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