Cuando estamos en piloto automático nuestra atención es absorbida por diversos pensamientos, haciendo que no estamos realmente «presentes» en lo que hacemos.
Solemos perdernos en el «hacer» en lugar de vivir realmente y nos volvemos vulnerables a la ansiedad, el estrés, la depresión y la reactividad.
¿Qué es mindfulness o atención plena?
En pocas palabras mindfulness significa salir de estar en piloto automático y «volver a tomar las riendas» de nuestra atención.
Es la capacidad humana básica de estar completamente presente, consciente de dónde estamos y lo que estamos haciendo, sin abrumarnos por lo que sucede a nuestro alrededor.
Es prestar atención a las cosas que hacemos conscientemente, inmersos en el momento presente, aceptándolo tal como es.
¿Cómo practicar Mindfulness?
Hay dos formas de practicar mindfulness.
La primera es la práctica formal conocida como meditación.
Una práctica de meditación se realiza comúnmente sentado, con los ojos cerrados o abiertos, pero también se puede hacer acostado o incluso caminando. Algunas prácticas de meditación también involucran el uso de un mantra (sonido) o movimiento.
La segunda es la práctica informal, la que practicamos el ¡resto del tiempo!
Todo lo que hacemos en la vida cotidiana con plena conciencia se puede decir que es la práctica de la atención plena.
Podemos lavar los platos con atención, esperar en el semáforo o salir a caminar por la mañana con atención.
Cualquier actividad de rutina se puede convertir en una práctica de atención plena cuando le presta toda su atención.
¿Qué puede hacer mindfulness por nosotros?
Estas son algunas de las formas comprobadas en que la atención plena puede beneficiarnos:
En otras palabras, cuanto más consciente eres, más feliz eres.
¿Cómo puede ayudarnos a ser más productivos?
Ya sea en el trabajo, en el estudio o en tu hogar, desarrollar una práctica de meditación regular puede ayudarte a aprovechar al máximo tu tiempo y energía.
Estas son algunas prácticas fáciles de implementar para incrementar tu productividad:
1. Respirar para enfocarse mejor al iniciar una sesión de estudio
Cuando te sientes estresado o ansioso, tu respiración puede volverse más rápida o superficial, dejándote con la sensación de que no puedes pensar con claridad, y mucho menos de comprender teorías o argumentos complicados.
Pero cuando estás enfocado o centrado, tu respiración tiende a ser firme y lenta.
Al cambiar tu patrón de respiración, puede reducir el estrés y ansiedad.
Este ejercicio es particularmente útil para hacer justo antes de comenzar a estudiar:
- Paso 1. Pon una alarma de 2 minutos
- Paso 2. Ponte cómodo. Si estás sentado en el suelo, puedes cruzar las piernas. Si está en una silla, puede poner los pies planos sobre el piso y las manos en cada pierna. Siéntate derecho y cierra los ojos.
- Paso 3. Inhala durante 4 segundos, sostén la respiración durante 8 y exhala durante 8. (4-8-8)
Mientras lo haces, presta atención a tu respiración y trata de alejar cualquier pensamiento.
Haz este ejercicio hasta que suene la alarma
Puedes modificar estas técnica según sea necesario. En cada ejercicio, la exhalación debe ser más larga que la inhalación.
2. Meditación caminando
Esta técnica de meditación es especialmente útil cuando queremos hacer pausas al utilizar técnicas de timeboxing para estudiar.
El objetivo es caminar con el único propósito de meditar, es por eso que debe hacerse en un entorno seguro donde nos sintamos cómodos.
Cuando sea la hora de tu descanso, comienza de pie.
Respira lenta y profundamente.
Al respirar trata de traer conciencia de tu cuerpo, comenzando por los pies, luego tus piernas, sube lentamente hasta llegar a las espalda, parte superior del cuerpo, cuello y cabeza. Al hacer esto, encuentra un lugar cómodo para mirar.
Usualmente las personas miran hacia abajo para enfocarse en sus sensaciones corporales.
Una vez que termines este reconocimiento de todo tu cuerpo, realiza el primer paso. Siente cómo se mueve tu pie; cómo toca y aterriza en el piso, luego cómo se siente el peso de tu cuerpo sobre tus pies.
De manera similar, presta atención al otro pie que avanza. Repite este proceso y recuerda prestar atención a tu cuerpo.
Recuerda: asegúrese de elegir un lugar y un momento seguros para meditar caminando.
3. Para cuando te sientes atascado en un problema
A veces sentimos que simplemente no podemos encontrar una solución, tal vez perdimos el enfoque o simplemente necesitamos cambiar de dirección nuestros pensamientos.
Este ejercicio nos ayuda precisamente a eso, a hacer un cambio para renfocarnos.
- Paso 1. Siéntate cómodamente en una silla. Coloca los pies planos en el suelo y apoya las manos sobre las rodillas. Cierra los ojos y respira despacio.
- Paso 2. Mientras respiras lentamente, presta atención a cómo pasa el aire por la nariz y la boca. Extiende tu conciencia a cada parte de tu cara. Observa dónde se encuentran, qué tan cálidos están, cómo se mueven, etc.
- Paso 3. Continúa respirando lentamente. Mientras lo haces, tome conciencia de la parte superior de su cuerpo, desde el cuello hasta los hombros, los brazos, el pecho y el estómago.
- Paso 4. Siga trabajando hasta llegar a la parte inferior de su cuerpo, pasando a los muslos, rodillas, tobillos, pies y dedos de los pies.
- Paso 5. Expande tu conciencia a todo tu cuerpo. Fíjate cómo te sientes ahora.
- Paso 6. Concéntrate en lo que te está causando estrés. Cuando te des cuenta de lo que te molesta, di: «Estoy dispuesto a seguir adelante y ver esto de otra manera».
- Paso 7. Respira profundamente por algunos segundos y abre los ojos.
Conclusión
La atención plena o mindfulness puede literalmente transformar todo tu mundo desde adentro hacia afuera.
Si aún no lo has hecho, ¿por qué no descubres por ti mismo, de primera mano, de qué se trata?
Cuéntanos tu experiencia con mindfulness dejándonos un comentario. Namaste.
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