La enfermedad representa un estado amenazante tanto para el niño, como para su familia.
Su estilo de vida se va alterando y se empieza a cambiar las muñecas, carros y juegos por catéter, agujas y medicinas; su círculo de amigos lo conforman los médicos, enfermeras y personal hospitalario.
Lo anterior se constituye en un hecho extraño y ajeno a la esencia del niño; la enfermedad enfrenta al niño a nuevos límites donde la posibilidad de continuar con sus proyectos y sueños se torna cada vez más lejana, suscitándole esto sentimientos de ansiedad, angustia, miedo y soledad.
Esta nueva situación probablemente cambia las motivaciones y sueños del niño alterando sus hábitos, ritmos y estilos de vida, enfrentando múltiples situaciones que influyen en su comportamiento, generando depresión y dificultad para establecer contacto físico no solo con sus pares sino también con los integrantes de su familia.
La enfermedad, no solo afecta la esfera psicológica del niño, sino también el entorno familiar, donde se conjugan sentimientos de impotencia frente al manejo de la nueva situación y pérdida de control de la capacidad de proteger a sus hijos.
Zurriaga (1997) afirma que las reacciones en el momento en que se conoce el diagnóstico en la familia, genera sentimientos muy intensos de incredulidad, rabia, temor, culpa y dolor.
En la mayoría de los casos estos sentimientos se acompañan de una tendencia muy marcada al aislamiento de la familia cerrándose de todo apoyo que provenga del exterior.
En la actualidad el tema de la enfermedad en los niños ha sido visualizado en la escuela, reconociendo que esta forma parte del ser humano, de los sueños de aula y proyectos escolares, constituyéndose en una condición común en los estudiantes, donde se debe continuar con el proceso de enseñanza aprendizaje, aunque dada su condición de salud este cambie su estado de estudiante al de paciente.
En Colombia mediante el decreto 1470 se reconoce la importancia de ofrecer al niño nuevos espacios de aprendizaje, articulando a la escuela al contexto hospitalario haciendo que la pedagogía hospitalaria cumpla una función orientadora que fortalezca la experiencia de enseñanza, que tiene en sí misma un ámbito propio y una significación muy distinta y diversa de cualquier otro momento pedagógico.
Del Valle y Villanezo (1993) aclaran que:
“la Pedagogía Hospitalaria no es una ciencia cerrada sino multidisciplinar, que se encuentra todavía delimitando su objeto de estudio para dar respuesta a aquellas situaciones que, en la conjunción de los ámbitos sanitarios y educativos, la sociedad va demandando, haciéndose igualmente necesarios programas de atención al niño convaleciente, es decir, concibiendo la convalecencia en el domicilio como una prolongación del período de hospitalización.”
Es en este enfoque donde toman valor los principios de dignidad, igualdad, no discriminación, prevalencia de los derechos, corresponsabilidad e inclusión y plantea a los educadores actuales nuevos desafíos, donde la comunicación experiencial entre la familia, el educador y educando presenta cualquier momento, como un espacio pedagógico de aprendizaje, que permite adaptar cualquier situación por dolorosa que sea, enriqueciendo al niño que padece una enfermedad, de nuevas experiencias y transformado su sufrimiento en aprendizaje.
El propósito de la pedagogía hospitalaria abarca otros espacios diferentes al hospital, donde la escolarización institucionalizada se constituye en un momento más, junto a otros que forman parte del crecimiento humano y reconoce otros espacios pedagógicos como la casa y el mismo hospital que pueden generar aprendizajes significativos y relevantes a la vida del niño, asociados con su nueva experiencia y condición de vida.
La pedagogía hospitalaria pretende fortalecer al niño no solo en el aspecto pedagógico sino también desde su esfera emocional partiendo de la adaptación como herramienta para enfrentar la nueva situación que se le presenta y plantea al maestro actual nuevos retos que le lleven a generar cambios estructurales en la escuela, donde la flexibilización del currículo se constituye en columna vertebral de dichos cambios, orientando ajustes a los derechos básicos de aprendizaje, con opciones didácticas para las asignaturas sustentadas en la innovación y motivación constante para el niño, haciendo uso de las Tecnologías de la información y la comunicación y estableciendo espacios flexibles de evaluación que aseguren el aprendizaje promoción y permanencia del niño en la escuela, entendida esta no como el espacio físico sino como un entorno que no requiere de un momento o una estructura para que el niño alcance sus propósitos de aprendizaje.
Para finalizar es necesario recordar que el maestro debe estar preparado y presto a atender este tipo de situaciones en el aula, haciendo uso de la lúdica como herramienta de aprendizaje, capaz de potencializar las habilidades y capacidades del niño, partiendo de la premisa de lo que se tiene y no de lo que carece el niño, conocedor de la diversidad como oportunidad de aprendizaje y garante del derecho a la educación, establecida en la constitución nacional colombiana.
Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de grupogeard.com
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?
Debes iniciar sesión a través de este enlace 👉 https://grupogeard.com/co/cuenta/ingreso/
Me interesa conocer sobre más sobre la pedagogía hospitalaria