¿Llegas constantemente tarde y sientes que no estás preparado?
¿Te cuesta encontrar papeles importantes cuando los necesitas?
Un escritorio, oficina u hogar desordenado puede afectar negativamente nuestro estado de ánimo y capacidad para trabajar de manera productiva.
De hecho, investigaciones han demostrado que el desorden también puede generar una respuesta fisiológica, incluyendo un incremento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Pero la desorganización no sólo viene de tener un montón de desorden físico y mental sino digital: papeles viejos, miedos o archivos electrónicos.
Entonces, ¿qué es el desorden?
Desorden significa diferentes cosas para diferentes personas, y hay muchas formas de abordarlo.
Comencemos con su opuesto: orden.
Según la Real Academia Española, orden significa “Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde”.
Es así que nuestro desorden puede ser:
- Físico, como las cosas en en el cajón del rebujo (¡sí, todos tenemos uno!).
- Digital, como las miles de millones de fotos sin editar esparcidas por nuestros dispositivos.
- Emocional, como creencias o patrones de pensamientos que nos frenan para tomar acción en nuestra vida, ¿qué tal los malos hábitos?
Por eso antes de comenzar a organizar, es necesario asegurarnos de definir lo que significa el desorden para nosotros.
El desorden puede ser:
- Cualquier cosa que no tenga lugar donde estar.
- Todo lo que ya no nos sirve: posesiones, relaciones, hábitos, resentimientos y creencias que nos limitan.
- Cosas incompletas, dañadas y que no tengan arreglo.
- Las 50 mil «newsletters» a las que nos hemos suscrito y que ya no nos interesa recibir.
- “Amigos”, páginas que ya no sigamos en Facebook o Instagram.
- Fotos digitales sin organizar.
- En general, todo lo que no nos cause alegría o satisfacción y para las cuales no tengamos un espacio donde ponerlo.
¿Por qué el remover el desorden nos ayuda?
1. Menos estrés
El desorden puede molestarnos, distraernos o quitarnos la energía que tanto necesitamos.
Todas esas pequeñas molestias que, aunque no lo creamos, pueden crecer y crecer y bueno, hacernos explotar: el cajón que se atasca porque está repleto de calcetines sin par; el armario de la cocina lleno de recipientes plásticos que se derrama en el piso de la cocina cada vez que nos atrevemos a mirarlo; los programas no utilizados que hacen que nuestro computador funcione suuuuuuper leeeeento…
Pero al abordar todos estos pequeños problemas hace que nuestro día a día sea considerablemente más fácil…y menos estrés es bueno para nuestro cerebro.
2. Menos distracciones
El desorden nos distrae.
Mientras más cosas tengamos en nuestro escritorio, pantallas y teléfonos celulares, más cosas competirán por nuestra atención.
Como ya sabemos, nuestro cerebro no es muy bueno haciendo múltiples cosas y la multitarea es menos productiva que hacer una sola cosa a la vez.
El desorden desvía nuestra atención de lo que estamos haciendo.
Mantener un espacio organizado nos permite estar mejor enfocado en cada tareas que realicemos.
3. Más tiempo
¿Cuántas veces hemos perdido tiempo tratando de encontrar las cosas que necesitamos?
Mantener un espacio ordenado nos da más tiempo para concentrarnos en lo que es realmente importante, y nos permite pasar más tiempo haciendo las cosas que queremos.
Y no sólo hay que hablar de los espacios, también es necesario hablar de los compromisos.
Muchas veces, nuestra vida está llena de todas las cosas que necesitamos hacer en casa, en el trabajo, en la escuela, con amigos y familiares, con pasatiempos, etc.
Al aprender a decir no, rechazar ofertas y eliminar las cosas y compromisos que no nos brindan alegría o valor, tendremos más tiempo para las cosas que amamos.
4. Mejores decisiones
Eliminar el desorden nos permite decidir lo que es importante y lo que no.
Un ambiente organizado nos permite decidir de una vez por todas en qué necesitamos concentrar nuestro tiempo y energía, eliminando simplemente lo que no vale la pena.
Comenzamos a tomar decisiones más conscientes respondiendo a preguntas como ¿me hace feliz? ¿lo necesito o lo quiero? ¿cómo me siento? ¿este tiempo es de calidad o lo puedo invertir en algo más?
Si algo está ocupando espacio no deseado en nuestra mente, hogar u oficina, entonces tal vez sea hora de decir adiós.
Consejos para remover el desorden
1. No tenemos que hacerlo todo a la vez
Es mejor comenzar con algo pequeño y fácil, tal vez botando las botellas de champú que llevan varios años en el baño o los recibos viejos acumulados en un cajón.
También podemos comenzar con lo que REALMENTE nos molesta y así sentir el beneficio de inmediato.
Determinar un tiempo y un límite para comprometerse y así mantenerse motivado o decidirse por regalar, vender o tirar una cosa al día, según el proyecto de 365 días.
Cualquiera que sea tu método, recuerda cuál es tu motivación para eliminar el desorden.
2. Recuerda tu motivación
Si decides comenzar un proyecto para eliminar tu desorden, asegúrate de tomar esa decisión porque la necesitas y no porque está de moda.
Eliminar el desorden es algo que se desee hacer, no que se deba hacer. Si te sientes feliz y no tiene ningún impacto en tu vida tu desorden creativo, continúa, ¡es genial!
3. No solo tenemos que eliminar cosas
Eliminar el desorden no siempre tiene que ver con nuestras posesiones, también debemos pensar en eliminar el desorden de lo compromisos de tiempo que no están alineados con nuestros valores, pensamientos negativos que sólo pesan en nuestra mente y el tiempo perdido que utilizamos en las redes sociales y ¿por qué no? nuestras amistades.
Conclusión
El desorden excesivo a menudo es un síntoma y una causa del estrés y puede afectar todas las áreas de nuestra vida: desde el tiempo que nos lleva hacer las cosas hasta nuestras finanzas y nuestra salud mental.
El desorden nos distrae, agobia y, en general, invita al caos en nuestra vida.
Comenzar a organizar puede sonar desalentador y sentirse abrumador. Comienza despacio, con un plan e involucra a tu familia y amigos.
Recuerda, no sólo necesitamos eliminar cosas, también es necesario simplificar nuestro tiempo, pensamientos negativos, malos hábitos y hasta palabras.
Qué dices, ¿te animas a comenzar a organizar algo de tu vida? Cuéntanos en los comentarios.
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