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La subprueba de comprensión lectora es considerada como de las más difíciles de pasar debido a su nivel de dificultad. El reto para aprobar este simulacro es aprobar 5 de las 5 preguntas ¿Lo podrás hacer? ¿Te sientes listo para el reto? Pues comencemos.

Pregunta 1. Texto continuo descriptivo

Solo Integral, la modalidad más peligrosa de la escalada

Su grado de peligrosidad es tan alto, que literalmente en cada movimiento se juega la vida. La técnica se llama “Solo Integral” y es considerada como la modalidad más peligrosa de la escalada, ya que su práctica representa un camino de incertidumbre en el que no se sabe si se va a sobrevivir o no.

El solo integral es quizás la forma más pura y natural de escalar, pero es precisamente esto lo que la convierte en la modalidad más peligrosa de la escalada, ya que consiste en interactuar con la montaña utilizando únicamente las gatas (zapatos para escalar) y magnesia, sin ayuda de cuerda, arnés, seguro, ni nada que te de apoyo en el camino por si fallas.

El solo integral implica la mayor intensidad que se pueda tener en las variantes del alpinismo, es la forma más suprema de escalar pues muy pocas personas tienen realmente el valor para siquiera intentar ascender una montaña de esta manera, a menos que sea un pequeño pilar que no ponga tanto en riesgo tu vida.

De cualquier manera, para ser un aventurero del free soloing se requieren de muchas agallas, destreza y habilidades técnicas para escalar, pues a diferencia del bouldering en donde el escalador sólo sube distancias “seguras”, el solo integral no tiene límites de altura ni de dificultad, sólo basta con que el escalador esté seguro de poder finalizar la ruta sin problemas para que comience a ascender sin ninguna medida de seguridad más que su confianza.

Las rutas de free solo pueden durar horas. Así que los más audaces, que no necesariamente son los más fuertes, son los que se animan a probar este reto de dominio absoluto en la escalada, asumiendo el gran riesgo que este implica, perder la vida, pues generalmente una caída que rebasa el límite de altura segura resulta en una lesión bastante seria o en la muerte.

Es por eso que en nuestros días no hay muchos aficionados a la práctica de solo integral. Si bien algunos pueden probarlo de manera esporádica en rutas bastante familiares, en las que saben que pueden lograrlo, la mayoría prefiere seguir escalando con equipo de seguridad. Aunque claro que hay de todo, y así como algunos prefieren hacerlo con todas las de ganar, también hay quienes se rifan escalando en esta modalidad para sentir el poder y la adrenalina del deporte, o por el simple gusto de llenar una satisfacción personal.

Entre los escaladores profesionales que revolucionaron la forma de escalar y que desgraciadamente perdieron la vida en el intento se destacan: John Bachar, Derek Hersey, Vik Hendrickson, Robert Steele, Dwight Bishop, Jimmy Ray Forrester, Jimmy Jewell, Tony Wilmott y John Taylor. Aunque su partida fue muy triste, se fueron con la frente en alto y dejaron un legado para que más almas salvajes se atrevan a vencer el reto de la montaña.

Actualmente, entre los 10 escaladores más destacados del mundo que han intentado free solo se encuentran: Alex Honnold, Tommy Caldwell, Steph Davis, Kevin Jorgeson y Adam Ondra.

Sin duda, los escaladores de solo integral son los que tienen la técnica más impresionante para el deporte pues se arriesgan a probar las rutas de mayor dificultad en el mundo. Son atletas que deben ser admirados por su gran habilidad y determinación.

http://pxsports.com/2017/08/solo-integral-escalada/

Con base a la lectura, se puede concluir que el solo integral

Respuesta correcta: D

Explicación:

La respuesta correcta es “evoca respeto no solo por el deporte sino por la destreza mental y física en la que se juegan la vida al practicarlo” porque es la única alternativa que realmente entrega una conclusión con base a la descripción de la modalidad de la escalada con los elementos planteados. El poner en juego la vida es signo de admiración, así se registra en el texto, pero con la cautela de los que tienen la preparación, la experiencia, el valor y la confianza para llevarlo a cabo, por lo tanto, se enaltece su práctica porque jugarse la vida no es para tomarse a la ligera, se necesita una madurez única para llevar a cabo ésta modalidad, por lo que la respuesta deja en descubierto dicha realidad que se busca, una observación y descripción para aplaudir con las medidas pertinentes ante su desarrollo por lo que se expone: la vida.

La alternativa “es una modalidad de escalada que se enfoca exclusivamente en el estado físico de los atletas que la practican” no es correcta porque en ningún punto de la lectura hace énfasis que los escaladores que la llevan a cabo se destacan sólo en el estado físico, así se demuestra en el siguiente apartado: “Las rutas de free solo pueden durar horas. Así que los más audaces, que no necesariamente son los más fuertes, son los que se animan a probar este reto de dominio absoluto en la escalada” Además de eso, al final de la lectura se hace hincapié en los atributos que los escaladores que lo llevan a cabo el solo integral los hace merecer admiración: “Son atletas que deben ser admirados por su gran habilidad y determinación.” El tema de habilidad tiene relación con la preparación física y mental, pero la determinación es algo más espiritual y de decisión que distingue a los que lo han logrado realizar, por lo que estas pistas en la lectura entregan información que descarta la alternativa como la correcta.

La opción “invita a que los escaladores sean admirados por su tenacidad y determinación en ascensos letales” es incorrecta porque la lectura no invita a que los escaladores ejecuten esta modalidad. La lectura hace una descripción muy juiciosa de esta técnica en la escalada profesional, pero en ningún instante hace invitaciones a los escaladores que aprenden el arte, ni a los aficionados, o a cualquiera que se atreva a escalar, es más, entrega el texto cifras de alpinistas que murieron practicando dicha modalidad, por que la vida es la que se deja al azar en esta práctica, es acelerado presentar la lectura como una apuesta a que se realice el solo integral, para nada, expone muchos detalles, en ningún momento invita a su práctica, habla del tema por lo interesante de esta realidad como deporte, pero la vida es la que se pone en juego, por lo que la admiración trae una responsabilidad ejemplar, y sólo por ende, se presenta, ante esta justificación, se anula la opción como la correcta.

La posibilidad “debería ser prohibido a tantos escaladores aficionados que buscan la gloria sin la previa preparación técnica” no es correcta porque el texto no espera ni específica que se haga algo al respecto de los aficionados que llevan a cabo el solo integral en su calidad de amantes al deporte, la lectura presenta una modalidad letal de la escalada, se refiere a las características de los atletas que la llevaron a cabo, la admiración es por la habilidad y determinación, así se presenta en el último párrafo, la carga de esta admiración final es sólo para los que no sólo tienen las agallas, sino la preparación profesional para encarar su vida en juego haciendo eso que aman y saben hacer muy bien, ascender en la montaña con la confianza porque tienen la experiencia y el sentido de triunfo. En ningún momento la lectura afirma que se debe prohibir ésta práctica del solo integral a nadie, deja en claro qué es, quiénes lo intentaron y murieron, pero sobre todo, lo que se juega, así que no propone nada, ante esas realidades e interpretaciones en la lectura, no se concluye la opción como la correcta.

Pregunta 2. Texto continuo descriptivo

Sobre el odio y el miedo

Desde el inicio de los tiempos el hombre siempre se ha cuestionado qué es más fuerte: la bondad o el odio. El odio es una emoción natural del homo sapiens, aunque se trate de una emoción negativa, como también lo son la tristeza, el miedo y el asco. Igual que estas otras, el odio puede ser justificado o no. Como siempre, todo depende de las circunstancias. Lo que siente el soldado contra el invasor de su país o el oprimido contra el tirano puede ser un combustible positivo. Lo que todos sentimos contra los violadores o los pedófilos puede ser también lo mismo, y en tal caso sería un odio sancionatorio. Pero, ¿qué sucede cuando el odio dispara contra una persona por el color de la piel, por su género, el estatus social o económico, la orientación sexual o sus argumentos políticos?

Odio proviene del latin odium y se refería a una conducta o a una persona detestable; se refería a alguien que generaba una profunda repulsión. El DRAE, que es árbitro, lo define hoy no obstante como “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”. Esa es, por tanto, su nuez, lo que la separa de las otras emociones: el deseo de hacer el mal a una persona, a una colectividad o a una cosa. Herman Hesse dijo en Demian que cuando alguien odia a otra persona realmente odia una parte de sí misma, de lo contrario ese otro no tendría porqué afectarlo. El odio es una emoción, por tanto, que hace daño por igual a quien la siente como al objeto de su odio.

Es curioso que la Iglesia no lo haya incluido entre los pecados capitales, los cuales, como recordamos quienes estudiamos en colegios católicos, nacieron cuando la Iglesia quiso frenar la violencia y sanar los conflictos en la sociedad medieval. Ya luego se erigieron en su doctrina moral. Son: vanidad (el mayor de todos, pues de este pecado se derivan otros. No olvidemos que es el preferido del diablo pues quiso Lucifer mostrarse de igual a igual con Dios), lujuria, avaricia, gula y ebriedad, pereza, envidia y rabia, a la que también llaman ira. Si el fin inicial era salvar a la sociedad de la violencia, ¿por qué no aparece el odio en su listado si, al igual que la soberbia, puede ser el último de otros pecados?

Para algunos, el odio es la versión moderna de la ira. Sin embargo, la rabia no necesariamente conlleva la obsesión de hacer daño a alguien, además de que es fugaz y la motiva normalmente el egoísmo. Ahora bien, ¿por qué de repente hablamos tanto de esta emoción, quizá como nunca se había hecho? Desde que Donald Trump la usó en su campaña política, el odio salió del clóset en EEUU y se ha extendido en Colombia también desde hace dos años, a propósito del Plebiscito por la Paz. A lo largo luego de la contienda electoral, los cizañeros y los politiqueros se aferraron al odio para ganar adeptos sin esgrimir ni argumentos ni propuestas ni ideas. Sólo gritaban y ofendían porque sabían que basta un disparo emponzoñado para atraer la atención mediática.

Esto es lo que hace el odio: explota las emociones del ciudadano de a pie. Y uso por igual el verbo como detonante que como sinónimo de aprovecharse del otro para obtener una ventaja personal: el hater es ante todo un manipulador. El antónimo de odio, en tanto, no es amor, como comúnmente se piensa, sino empatía: la capacidad para identificarse con alguien y compartir sus emociones y preocupaciones.

Escrito por Alonso Sánchez Baute, fragmento tomado de: https://www.uninorte.edu.co/web/encontacto/sobre-el-odio-y-el-miedo

Después de analizar el artículo, se identifica el conjunto de parafraseos y referentes en

Respuesta correcta: B

Explicación:

La respuesta correcta es “el segundo párrafo, porque evidencia sus referentes de manera explícita y parafrasea aquello que expone al lector en sus líneas” porque en primera medida, sí hay parafraseo allí, y efectivamente se exponen explícitamente los referentes del planteamiento en el mismo párrafo. Según EL DRAE parafrasear es una explicación o interpretación amplificada de un texto para ilustrarlo o hacerlo más claro, lo que implica decir algo de la fuente con palabras más entendibles o aterrizadas a un contexto específico, y en esencia eso es lo que se ve en el segundo párrafo. Los referentes que se identifican: el DRAE y Herman Hesse son presentados sin oportunidad de suposición y parafraseando con base a sus postulados. En ningún otro párrafo del artículo se identifica el conjunto de parafraseo y referentes de manera explícita, por tanto, hay una explicación coloquial que facilita la comprensión de dichos referentes planteados, por ejemplo:

“dijo en Demian que cuando alguien odia a otra persona realmente odia una parte de sí misma, de lo contrario ese otro no tendría porqué afectarlo.”

Frente a la concordancia del análisis de referentes tácitos y el parafraseo en paralelo, se define la opción como la correcta.

La alternativa “los párrafos uno y tres porque engloban la idea general del documento con los referentes más importantes del texto en su parafraseo” no es correcta porque en realidad no hay referentes ni parafraseo en estos párrafos, en el primer párrafo hay un planteamiento descriptivo directo y una interrogante:

¿Qué sucede cuando el odio dispara contra una persona por el color de la piel, por su género, el estatus social o económico, la orientación sexual o sus argumentos políticos? En el tercer párrafo el planteamiento no viene acompañado de un sólo parafraseo de la Iglesia católica, sólo una opinión con base al contexto histórico-medieval, una búsqueda descriptiva que analiza los pecados capitales que deja otra interrogante explícita al lector respecto al referente de la iglesia en sí:

¿por qué no aparece el odio en su listado si, al igual que la soberbia, puede ser el étimo de otros pecados?

Frente al conjunto de vacíos de referentes o parafraseos, se concluye que esta alternativa no es la correcta.

La opción “el cuarto párrafo, porque deja en evidencia a la política como el principal referente, y contempla el eje temático en parafraseo” es incorrecta porque los referentes en su haber no son parafraseados, son nombrados y hay un análisis a su alrededor: la campaña política de Donald Trump y el plebiscito por la paz en Colombia, se plantea un resumen de lo que se vivió, pero no hay una explicación de alguien en sí de esos hechos, es muy generalizado:

“A lo largo luego de la contienda electoral, los cizañeros y los politiqueros se aferraron al odio para ganar adeptos sin esgrimir ni argumentos ni propuestas ni ideas. Sólo gritaban y ofendían porque sabían que basta un disparo emponzoñado para atraer la atención mediática.”

El contexto no le permite a la opción ser la correcta, ya se descubrió que tiene uno o dos referentes y no son parafraseados, por lo que se descarta.

La posibilidad “los últimos tres párrafos, porque se parafrasea el tema en detalle y quedan claros los referentes principales de la lectura en general” no es correcta porque los referentes que se plantean no son parafraseados, en el antepenúltimo párrafo se habla de la Iglesia católica pero no se parafrasea, en el penúltimo párrafo la política es la protagonista con la campaña de Donald Trump y el plebiscito por la paz en Colombia, no obstante no hay parafraseo, y el último párrafo complementa el párrafo anterior con una visión muy generalizada del ciudadano, pero tampoco se parafrasea, es más, llega a conclusiones con base a estos anteriores párrafos:

“El antónimo de odio, en tanto, no es amor, como comúnmente se piensa, sino empatía: la capacidad para identificarse con alguien y compartir sus emociones y preocupaciones.”

En estos tres últimos párrafos hay planteamientos que buscan describir con análisis y preguntas, pero los parafraseos no se presentan, por lo que la opción se descarta.

Pregunta 3. Texto continuos: Narrativos

Continuidad de los parques

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Julio Cortazar, Final del juego. 1956 Tomado de: https://ciudadseva.com/texto/continuidad-de-los-parques/

Una vez leído minuciosamente el relato, se puede deducir que el tema principal del mismo se resume a que

Respuesta correcta: A

Explicación:

La respuesta correcta es “un hombre que luego de un atareado día puede leer su libro con tranquilidad en su sillón” es correcta porque desde un principio se puede identificar que el protagonista desea leer tranquilo su libro: “Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles.” Luego se conecta con la trama y la narración evoca un conjunto de detalles: “Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte.” Desde ese punto se entrecruzan un poco de realidad con el contexto del lector, pero es sólo al final que se pasa del umbral de la narración del libro del protagonista a la realidad que él observa: “Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.” Después de los ventanales se regresa a la trama del hombre tranquilo en su sillón, el paso de una narrativa a la otra con aparente imperceptibilidad aterriza de un punto a otro para reconectar al lector, por estas pistas se puede concluir que el tema de la historia es la tranquilidad de la lectura de un hombre después de un atareado día de trabajo, por tanto, esta es la respuesta correcta.

La opción “luego de un viaje y una lectura profunda, un hombre apuñala a su amada y evita ser visto por su mayordomo.” no es la correcta porque luego de examinar la narración se identifica que el hombre, después del trabajo, se conecta a leer su libro y se pasa de un espacio tranquilo a uno que describe lo que lee el protagonista de la historia: “Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos.” De aquí en adelante el espacio del sillón tranquilo pasa a una cabaña donde sucede un homicidio, por tanto las acciones en seguida son sólo producto de la interpretación descrita por el lector hacia su libro. El punto para conectar de nuevo con la realidad se evidencia en las últimas líneas de la historia: “Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.” Las palabras resaltadas aterrizan el espacio de nuevo al protagonista del principio, por lo que se pasa de la trama del libro a la narrativa general del hombre tranquilo en su sillón con su libro, por esa condición se descarta la opción que figura al protagonista como un asesino, esta situación sólo se presenta en el libro del protagonista, por tanto son contextos diferentes de la misma narrativa, eso elimina esta posibilidad.

La posibilidad “el protagonista intenta asesinar a su amada y ella escapa entre la bruma de los árboles del bosque.” es incorrecta porque, la narrativa se disuelve de un momento de lectura de un hombre y trasciende a la lectura del hombre en sí, comienza a describir lo que el protagonista lee: es allí donde la trama de lo que lee el hombre se aparta de la narrativa general del autor. El asesinato se encuentra en las líneas descritas por el protagonista de la historia, no hace eco en la historia en sí, parece distraer, pero es necesario diferenciar el punto donde comienza por parte del protagonista la lectura y se describe lo que él está leyendo.

En un principio de la narración, se identifica que el protagonista busca leer su libro en paz: “Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes.“

Cuando por fin el personaje puede leer con tranquilidad en su sillón, la historia se sumerge casi por completo en la trama del libro que se describe casi en el resto de la línea cronológica, y sólo al final se desprende el contexto del libro con la narrativa del protagonista, por lo que todas las situaciones que se manifiestan allí sólo son trama ajena: “Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.” Las palabras resaltadas aterrizan el espacio de nuevo al protagonista del principio, por lo que se pasa de la trama del libro a la narrativa general del hombre tranquilo en su sillón con su libro, por esa razón esta opción no concuerda como la correcta.

La opción “en medio de la lectura del protagonista, su novela se entrelaza con su realidad desde su sillón.” no es correcta, porque una cosa es la trama general de la narrativa y otra diferente es la descripción de la lectura que hace el protagonista, se desdibuja la trama de forma imperceptible que puede confundir al lector, pero al examinar en detalle se distinguen una de la otra. El tema principal es conciso desde un principio y parece fundirse en la trama del libro del protagonista mientras avanza, no obstante, en el párrafo final se desprende la descripción de los sucesos del libro que aborda el protagonista en su sillón del contexto de la narrativa general de la historia: “En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.” Este paso casi imperceptible del libro a la seguridad del sillón marca la diferencia de una trama a la realidad de la narrativa, las palabras resaltadas concluyen con respaldo el retorno a la realidad de un principio: la seguridad del sillón. Por tanto, no se puede decir que la lectura del protagonista se entrelaza con su realidad del sillón: son realidades diferentes que parecen conectarse entre el juego de palabras. Con el párrafo anterior se evidencia la distinción de una a la otra, por eso se descarta la opción como correcta.

Pregunta 4. Textos continuos: Narrativos

El verdugo

Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.

Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo:

-¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!

Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:

-Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor.

Koestler, A. Hungría: 1905-1983.

Tomado de: https://ciudadseva.com/texto/el-verdugo-koestler/



Un rajá que se aburre

¡El rajá se aburre!

¡Ah, sí, se aburre el rajá!

¡Se aburre como quizá nunca se aburrió en su vida!

(¡Y Buda sabe si el pobre rajá se aburrió!)

En el patio norte del palacio, la escolta aguarda. Y también aguardan los elefantes del rajá. Porque hoy el rajá debía cazar al jaguar.

Ante yo no sé qué suave gesto del rajá, el intendente comprende: ¡que entre la escolta!; ¡que entren los elefantes!

Muy perezosamente, entra la escolta, llena de contento.

Los elefantes murmuran roncamente, que es la manera, entre los elefantes, de expresar el descontento.

Porque, al contrario del elefante de África, que gusta solamente de la caza de mariposas, el elefante de Asia sólo se apasiona con la caza del jaguar.

Entonces, ¡que vengan las bailarinas!

¡Aquí están las bailarinas! Las bailarinas no impiden que el rajá se aburra.

¡Afuera, afuera las bailarinas! Y las bailarinas se van.

¡Un momento, un momento! Hay entre las bailarinas una nueva pequeña que el rajá no conoce.

-Quédate aquí, pequeña bailarina. ¡Y baila! ¡He aquí que baila, la pequeña bailarina!

¡Oh, su danza!

¡El encanto de su paso, de su actitud, de sus ademanes graves!

¡Oh, los arabescos que sus diminutos pies escriben sobre el ónix de las baldosas! ¡Oh, la gracia casi religiosa de sus manos menudas y lentas! ¡Oh, todo!

Y he aquí que al ritmo de la música ella comienza a desvestirse.

Una a una, cada pieza de su vestido, ágilmente desprendida, vuela a su alrededor.

¡El rajá se enciende!

Y cada vez que una pieza del vestido cae, el rajá, impaciente, ronco, dice:

-¡Más!

Ahora, hela aquí toda desnuda.

Su pequeño cuerpo, joven y fresco, es un encantamiento.

No se sabría decir si es de bronce infinitamente claro o de marfil un poco rosado. ¿Ambas cosas, quizá?

El rajá está parado, y ruge, como loco:

-¡Más!

La pobre pequeña bailarina vacila. ¿Ha olvidado sobre ella una insignificante brizna de tejido? Pero no, está bien desnuda.

El rajá arroja a sus servidores una malvada mirada oscura y ruge nuevamente:

-¡Más!

Ellos lo entendieron.

Los largos cuchillos salen de las vainas. Los servidores levantan, no sin destreza, la piel de la linda pequeña bailarina.

La niña soporta con coraje superior a su edad esta ridícula operación, y pronto aparece ante el rajá como una pieza anatómica escarlata, jadeante y humeante.

Todo el mundo se retira por discreción. ¡Y el rajá no se aburre más!

Allais, Alphonse: Francia: 1854-1905 Tomado de: https://ciudadseva.com/texto/un-raja-que-se-aburre/ Luego de examinar las dos lecturas, se descarta que ambas compartan en su conclusión

Respuesta correcta: B

Explicación:

La respuesta correcta es: “una mirada grotesca del dolor humano sin respeto alguno.” porque en la historia del verdugo no se evidencia esa mirada grotesca del dolor humano, ya que el trabajo del verdugo es ese: quitar vidas y hacerlo pronto, minimizando el dolor, tan es así, que el sueño del verdugo Wang Lin era decapitar tan rápido que la cabeza de sus víctimas no se despegara del cuello ni sintieran el filo de su espada, una muerte tan rápida y sin dolor que ni se intuye el fin: “Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él.” Adicional a eso, el verdugo se le muestra respetuoso con sus víctimas, con la que logra su hazaña lo despide con mucha cortesía: “Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo: Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor.” Estos argumentos no concuerdan con la historia del rajá, aquel dirigente en efecto se jacta de su mirada grotesca del dolor humano sin respeto alguno, no le importa lo que sufre la bailarina con su desidia orden:

“El rajá arroja a sus servidores una malvada mirada oscura y ruge nuevamente: -¡Más! Ellos lo entendieron. Los largos cuchillos salen de las vainas. Los servidores levantan, no sin destreza, la piel de la linda pequeña bailarina. La niña soporta con coraje superior a su edad esta ridícula operación, y pronto aparece ante el rajá como una pieza anatómica escarlata, jadeante y humeante.” En esta historia no hay ni siquiera respeto por el dolor ajeno, ante esa diferencia se determina que no hay coherencia de conclusiones en ambas historias, por lo que permite dar la respuesta como correcta.

La alternativa “la perspectiva banal del significado de la vida sin valor.” no es correcta, porque en ambas historias se presenta esa perspectiva banal del significado de la vida. En la historia del verdugo Wang Lin, no puede aferrarse a la vida de sus víctimas porque su trabajo es darle fin. Tan poco valor les debe tener que ya ve como un logro arrebatar la vida fulminantemente, tal como si fuera un deporte, tomándolo en serio. Por lo que el significado de la vida se pierde cuando se es verdugo.

En la historia del rajá, también se concluye esa perspectiva banal del significado de la vida, ya que no contentandose con ver a su bailarina desnuda, ordena a sus guardias que la desoyen sin ningún arrepentimiento, no importa para nada lo que ella sienta, sólo satisfacer el apetito banal y vil del rajá. Por tanto, las conclusiones de ambas historias coinciden en su mensaje, por eso no es correcta.

La posibilidad “un sentido único de perversión frente a la muerte y el dolor.” es incorrecta, porque las dos narrativas poseen ese sentido único de perversión frente a la muerte y el dolor. En el caso del verdugo, la muerte es su trabajo, y lo convierte en proeza hacerlo a toda velocidad. Es perverso desde todo punto de vista porque de tanta práctica no puede vacilar en su ejecución, no cabe el sentimiento de culpa, sólo el arrebatar la vida sin pensar en el dolor que la víctima está sintiendo por su fin:

“Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.” En la historia del rajá también se presenta esta conclusión, hay un sentido único de perversión frente a la muerte y el dolor porque el rajá no tiene cuidado con ser espectador de la muerte y el dolor de su bailarina sin siquiera pensar en su aflicción, sólo importa que no se aburra, que se le cumpla su sed patética de ser entretenido a cuestas de la agonía de alguien:

“El rajá arroja a sus servidores una malvada mirada oscura y ruge nuevamente: -¡Más!

Ellos lo entendieron.

Los largos cuchillos salen de las vainas. Los servidores levantan, no sin destreza, la piel de la linda pequeña bailarina.

La niña soporta con coraje superior a su edad esta ridícula operación, y pronto aparece ante el rajá como una pieza anatómica escarlata, jadeante y humeante.” Por esa conclusión mutua, la respuesta no es correcta, se descarta totalmente. La opción “el pudor vacío del ego: producto de un descontrolado poder.” no es correcta, porque en ambas narrativas se puede concluir que existe en sus protagonistas ese pudor vacío del ego. El verdugo en su trabajo contempla un ego que lo ha llevado a ser famoso por su técnica para dar muerte, no siente pudor de ser lo que es, lo jacta porque es reconocido por ello. Su descontrolado poder sobre la vida se convierte en un hábito tan común, que busca mejorar hasta el punto de hacerlo sin que sus víctimas lo noten, de tajo: “Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.” El verdugo no puede sentir pudor porque su trabajo es exactamente exhibir eso que lo caracteriza y hace único, por ende el ego y el poder de arrebatar vidas lo hace un ser sin control. En la historia del rajá, el pudor vacío del ego es notable hasta el punto de que al protagonista no le importa qué piensan de él sus súbditos, ni la bailarina víctima de su perverso apetito; sólo importa él y su deseo, su sed de sangre. Sin interés por el dolor o percepción que tengan de él, si él es lo que importa nada más tiene significado, por ende el ego y el descontrol de su poder son revelados sin pudor alguno. Las dos historias comparten esta conclusión, por lo que la descarta como opción correcta.

Pregunta 5.



Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp. Rembrandt (1632) Tomado de: https://www.descubrirelarte.es/wp-content/uploads/2019/06/Rembrandt_-_The_Anatomy_Lesson_of_Dr_Nicolaes_Tulp.jpg

Después de examinar la escenografía pintada, es notable que los doctores coinciden en

Respuesta correcta: D

Explicación:

La respuesta correcta es “con sus barbas prominentes, vestimenta oscura y tez blanca de sus rostros”, porque luego de examinar en detalle la escena registrada por Rembrandt, todos los doctores efectivamente comparten todas las características que se presentan en la opción, cada uno tiene una barba muy prominente, basta desde todo tipo de vista, no importa el color, el conjunto (hasta el cadáver) poseen una barba notable. Ahora bien, el vestido de los doctores también coincide en lo oscuro del conjunto, no se cuenta el cuello blanco, se determina en esencia la vestimenta, la cual es para todos negra o pardo oscuro (en uno de los casos). Para cerrar, todos los doctores también comparten la tez blanca de sus rostros, una claridad latente en la escena de las caras de los presentes evidencia que en efecto hay similitudes, por lo que se determina como la respuesta correcta por la coherencia de la imagen con lo evocado.

La alternativa “en sus expresiones de asombro y curiosidad gracias a la lección anatómica” no es correcta porque después de hacer una mirada minuciosa de los rostros de los doctores, se evidencia que no todos los doctores de la lección dan rasgos de asombro y curiosidad al unísono: al notar las expresiones de los dos doctores que revelan su perfil al costado izquierdo del cuadro, se identifica que en principio, no están del todo atendiendo la clase, parecen algo distraídos, uno viendo a la cara del profesor doctor, y el otro mirando hacia otro punto menos que al cadáver de la clase. Si notamos otra diferencia que anula la alternativa, se presenta al denotar al doctor que se encuentra detrás de todos los doctores, justo detrás del personaje pelirrojo, su mirada se proyecta al frente, casi como si observara al pintor… o al mismo crítico de arte que lo mira, no atiende la clase, se conecta con su interlocutor real, ante los argumentos presentados, se descarta esta alternativa como la correcta.

La opción “al acercarse entre sí para atender mejor la disección que explica el tutor” es incorrecta porque no todos los doctores están tan cerca entre sí, los dos doctores del fondo no están tan conectados como el resto del quórum, fuera de eso, al mencionar que todos se juntan para atender mejor la disección tampoco es muy cierta, ya que al divisar las miradas de los asistentes, no todos coinciden en su atención directa al profesor. Por ejemplo, el segundo doctor ubicado al costado a la izquierda del cuadro, justo delante del rubio de la esquina, tiene su mirada proyectada en otro lugar, se ve su perfil apuntando a otro lugar menos a la clase, por esas afirmaciones se descarta la posibilidad como la correcta.

La elección “en que cada uno mira un lugar distinto de la sala y deberían ver el cadáver” tampoco es la correcta porque no todos los doctores de la escena tienen su mirada fuera del cadáver, dos doctores atienden con juicio la lección de anatomía proyectando sus ojos al brazo expuesto, el doctor que proyecta una sombra sobre la cara del difunto y el pelirrojo justo a sus espaldas, ambos observan los nervios y demás pormenores del brazo cortado, por lo que esta coincidencia no es correcta, eso la elimina la alternativa como la esperada.